Una vez vi a un pequeño niño triste, sus ojos parecían no tener sentido alguno, solo estaba agobiado y solitario.
Decidí acercarme y preguntarle.
-Por que estas tan triste amiguito? El niño con sus grandes ojos llenos de soledad me responde.
-Por que si.
-Y que es para vos la tristeza? Retomé.
-Que te hieran el corazón.
-Y por que crees que te hirieron el corazón ? Continúe.... No hay nadie capas en este mundo que te pueda hacer eso, excepto vos mimos.
Enseguida el niño vuelve a levantar su mirada hacia mi y me pregunta.
-Cómo hago, cómo hago entonces para no sentirme así?
enseguida tome sus diminutas manos y le dije.
-Estamos hechos de nosotros mismo, somos quienes nos destruimos y nos volvemos a construir, nadid es capaz de hacerte daño por más que pueda o lo intente. No hay que esperar a que nos hieran el corazón para saber como nos sentímos, no hay que ser lo suficientemente fuertes de mente como para que puedan romper tu corazón y yo acá no estoy viendo una mente débil, sino un pensamiento espontaneo que decide salir, pero si quiere puedes guardarlo
-Cómo lo guardo? Vuelve a preguntar el.
- Volviéndose más fuerte, pero no de fuerza física, si no, que de inteligencia. Es ahí cuando uno se vuelve fuerte y seguro de si mismo. Me comprendes? Nunca jamás permitas que te hagan daño, por que por más que hallan personas a tu al rededor nadie podrá comprender de como te siente en realidad, sos la única persona que por si mismo puede hacerse tanto mal, como así también, mucho bien.
Ahora escuchame atentamente se quien sos en realidad, no trates de cambiarlo por otros, si quieres cambiar que sea por ti mismo.
El pequeño seca sus lágrimas que ha dejado caer, pone frente en alto me da un abrazo y se aleja muy esperanzado... A lo lejos lo oigo gritar.
- Gracias niña, has hecho que vuelva hacer quien era en realidad, un alma libre. Por que yo ya estoy grande y acá la pequeña eras vos con una mente fuerte y un corazón tan leal como lo fue el mio antes.
Nunca me había dado cuenta de que la niña triste era yo, si nunca me hubiese encontrado a ese joven tan libre.
Dedicado a mis grandes amigas, lectoras y confidentes, fiesteras y alborotadas, amantes de las letras y soñadoras andantes.
